Están diseñadas para encenderse automáticamente cuando hay una falla en el suministro eléctrico, iluminando las rutas de evacuación y las áreas críticas del edificio. Se instalan en lugares estratégicos, como pasillos, escaleras, salidas y puntos de reunión. Estas luces generalmente funcionan con baterías recargables que se activan cuando la electricidad se corta, garantizando su operación continua por un tiempo determinado, usualmente entre 1 y 3 horas.
Existen luces de emergencia de pared o techo y autónomas (independientes del sistema eléctrico principal).
Además de la iluminación, es crucial contar con etiquetas de señalización que orienten y guíen a las personas durante una evacuación. Estos accesorios cumplen una función fundamental al proporcionar indicaciones claras y visibles, ayudando a reducir el caos y evitando confusiones en situaciones críticas.